Son Servera

El municipio de Son Servera ha celebrado la Festividad de Sant Ignasi mediante varios actos desarrollados durante la mañana y el mediodía de martes, 1 de febrero, para conmemorar la fecha en la que se levantó el cordón sanitario, 1821, con motivo de la epidemia de la peste que asoló el municipio.

Los actos han comenzado a las 11.00 h con una misa solemne en la iglesia de Sant Joan Baptista. Media hora más tarde, ha tenido lugar la ofrenda con un ramo de flores a la escultura del Pastoret situada en la plaza Sant Joan, en reconocimiento a los desaparecidos por la peste.

Y al mediodía, se ha llevado a cabo el acto institucional en el Teatre La Unió, que se ha iniciado con una actuación musical a cargo de Pep Alba y Tomeu Matamalas, dando un toque animado a la seriedad que corresponde al acto conmemorativo. La sesión musical ha dado paso a la entrega del premio Metge Joan Lliteres.

Así, el alcalde de Son Servera, Antoni Servera, junto a la regidora de Cultura, Marga Serrano, y el regidor de Sanidad, Pep Mas, además del director general de Evaluació i Acreditació de la Conselleria de Sanitat, Joan Llovera Cànoves, han entregado el citado premio de investigación a la Asociación balear de Esclerosi Múltiple, ABDEM, de manos del vicepresidente de la asociación, Mateu Llodrà.

Llodrà ha destacado que la labor de investigación que se realiza desde su asociación se dirige sobre todo a mejorar la calidad de vida de los afectados. Especialmente en el área de la nuevas tecnologías, de forma que los que padecen esclerosis múltiple no tengan que desplazarse desde sus domicilios y se les pueda controlar en todo momento a la hora de realizar, por ejemplo, ejercicios de rehabilitación.

Durante el acto institucional, se ha hecho entrega también de los premios de poesía i glosses Sant Ignasi 2011 dirigido a los alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria, IES, Puig de sa Font de Son Servera. De 800 poemas entregados, han sido seleccionados seis, dos de cada ciclo.

Los actos institucionales de los acontecimientos a principios del siglo XIX y que marcaron la historia de Son Servera, se hacen año tras año después de una promesa del pueblo serverí para recordar y transmitir de generación en generación los acontecimientos.

Las consecuencias de la peste fueron devastadoras. Antes, vivían 1.808 habitantes en Son Servera y murieron 1.040 personas. Una vez alejada la epidemia, sólo quedaron 768 residentes, los cuales tuvieron que reconstruir socialmente el pueblo de Son Servera. A finales del mes de agosto de 1820 parecía que todo estaba controlado y ya no hubo más muertos. En 1821 se levantó el cordón sanitario.

La leyenda dice que un barco procedente de Tánger atracó en la costa serverina para enterrar en la arena, cubierto por una capa, a uno de los tripulantes que murió en extrañas circunstancias. La maldición se convirtió, presumiblemente, cuando un campesino vio la capa y se la puso para cubrirse del frío.