Acaba la campaña arqueológica más atípica de Son Servera

Acaba la campaña arqueológica más atípica de Son Servera

Este viernes acaba la campaña arqueológica que se ha venido desarrolando, como en los últimos años, en el término municipal de Son Servera. El proyecto, iniciado el 2012, se vio impulsado dos años más tarde por la colaboración con la Universidad de Washington, que empezó a organizar cursos de verano.

 Este año, sin embargo, la COVID-19 cambió todo la previsión hecha. "Ya a finales del mes de marzo la Administración de la Universidad nos comunicó que cancelaba todos los cursos al extranjero, después de la declaración de pandemia por parte de la OMS. En aquellos momentos, además, la epidemia afectaba muy particularmente Italia y España, de forma que nos lo esperábamos", declaró vía videoconferencia el profesor de origen mallorquín y radicado en Seattle, Marc Llobera. A casi 9000 km de distancia, desde Son Servera, Antoni Puig, codirector del proyecto, añadía que "nos tuvimos que adaptar. No queríamos perder la posibilidad de hacer trabajo conjuntamente también este verano, de forma que buscamos maneras para avanzar en varias líneas".

En el Ayuntamiento de Son Servera también lo tuvieron claro. Ramon Reus, regidor de Patrimonio, apuntó que "después de todos estos años sabíamos que los trabajos arqueológicos van mucho más allá del trabajo de campo y que había que seguir apoyando al proyecto para que siguiera dando resultados".

En Mallorca, que es donde residen parte de los especialistas e investigadores del proyecto, fue relativamente sencillo proseguir los estudios de los restos de animales, carbones y polen de anteriores intervenciones, una vez se permitió de nuevo el acceso, a pesar de que con restricciones, en los laboratorios de la Universitat de les Illes Balears. Biel Servera, especialista en polen del proyecto, ha comentado que "una vez elegidas muestras para datar los sucesivos sedimentos depositados a la antigua laguna de sa Marjal, nos encontramos que el epicentro de contagios se había trasladado a los EE. UU. y que las universidades y laboratorios de la otra parte del Atlántico estaban cerrando." 

Las muestras ahora ya han llegado y y los primeros resultados indican que los sedimentos más antiguos recuperados datan de hacia el 4500 antes de nuestra era. Con el polen y los carbones conservados en estos sedimentos extraídos de la antigua laguna, los arqueólogos esperan reconstruir el paisaje vegetal existente en los dos milenios anteriores a la llegada de los seres humanos en Mallorca y estudiar el impacto que tuvo la colonización humana desde el III milenio hasta la actualidad.

"Uno de los otros trabajos que podíamos encarar con un mínimo de personal era la revisión y el estudio de ciertas cerámicas recuperadas en las prospecciones hechas en el término municipal", añade Antoni Puig. La reciente incorporación al proyecto de Pablo Galera, estudioso de la época islámica nacido en Córdoba, ha posibilitado entender mejor estos hallazgos desde el punto de vista cronológico, pero también como indicador de uso del territorio serverí: "Por ejemplo, la presencia de fragmentos de cangilones en cierta cantidad encontrados en algunas parcelas nos indica la existencia de norias. Esta información que cruzaremos con la información de los recursos hídricos del término, nos ayuda a completar la visión del sistema hidráulico, apenas conocidos por la existencia de algunas acequias y qanats, y, por extensión también, de la explotación del territorio", sostiene Galera.

Mientras tanto, en Seattle han seguido procesando datos y generando mapas a partir de la ingente información acumulada en los últimos siete años en la base de datos. "Como siempre, lo más difícil y lo que más discusión entre los miembros del equipo genera es definir las categorías de la base de datos, hacer las preguntas adecuadas e interpretar los resultados", indica Llobera.

Las videoconferencias han posibilitado continuar el trabajo este verano, pese y las diferencias horarias entre Mallorca, la costa oeste de los EE. UU. y la costa este, donde investiga, en la Universidad de Georgia, Grant Snitker, uno de los otros miembros del equipo.

Jordi Hernández-Gasch recuerda también que en estos años se han acumulado evidencias de una ocupación talaiótica antigua, próxima a 1000 antes de nuestra era, y relativamente dispersa en varios cerros del territorio. "Es un modelo muy interesante, poco reconocido, pero existente sin duda a otras partes de la isla. Este año está siendo clave para recopilar toda la información acumulada y empezar a preparar nuevas publicaciones científicas", apunta el también codirector del proyecto.

Todo el mundo es consciente que el proyecto ha ido madurando y que ha proporcionado informaciones nuevas y nuevos yacimientos visitables. Así, desde el Ayuntamiento serverí se está impulsando la creación de vídeos divulgativos del patrimonio arqueológico del municipio y la colocación de cartelería en algunos de los yacimientos en los cuales se ha actuado, contando con el asesoramiento de los invesgtigadores del proyecto. "Es una dimensión que siempre hemos tenido muy presente. Hay que convertir el patrimonio serverí en un activo al servicio de la cultura y la educación  de la población de nuestro término municipal, pero también de nuestros visitantes. Teniendo presente nuestro pasado, construiremos un nuevo futuro", ha concluido el regidor Ramon Reus.


 

 
 

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